Muchas veces no lo logramos o a veces queríamos transmitir tanto que sin querer terminábamos en excesos de todo tipo. Pero siempre tratábamos de ser éticos con nuestros conocimientos y nuestro entorno.
Hoy ya como arquitectos integrados al campo laboral estamos más perdidos que en nuestros años estudiantiles, pues aunque tenemos la capacidad y la experiencia, muchas veces olvidamos el compromiso que tenemos para con nuestra ética laboral, empresarial, ecológica, urbana entre muchos otros factores.
A veces nos vemos presionados por el cliente, por la autoridades o por la situación económica a ejecutar algunas acciones:
- Limitarse creatívamente en el proyecto.
- Emplear materiales que no teníamos contemplados inicialmente.
- Hacer cambios en el proyecto por falta de recursos.
- Mano de obra de inferior calidad.
- Adaptar el Proyecto a las Leyes y Normas de diseño.
- Diseñar con pleno desconocimiento del entorno urbano.
En fin, una multitud de acciones que van haciendo que con el transcurso del tiempo el lenguaje arquitectónico de la mayoría de las ciudades o centros de población se vaya tornando difuso, monótono y carente de significado.
Esto lo vemos claramente por; poner un ejemplo, en los centros turísticos de sol y playa en donde las áreas cercanas al mar, son las más codiciadas por los inversionistas hoteleros, habitacionales y comerciales. Creando verdaderos monstruos de concreto, metal y cristal, muchas veces con diseños elaborados en sus países de origen sin siquiera tomarse la molestia de observar las características arquitectónicas o de identidad de la región.
Y en las áreas alejadas del centro de interés se crean enormes cinturones de miseria, con falta de servicios, áreas irregulares, centros habitacionales de interés social con nulo diseño que ocasionan gravísimos problemas sociales.
Y lo más lamentable es que los cuerpos colegiados no sirvan como reguladores de los centros urbanos, sino solamente como intermediarios y cómplices de este desarrollo mezquino y anárquico.
Centro urbanos en los que la arquitectura nos dice abiertamente lo fallido que resultan a veces nuestras acciones. Donde debería haber arquitectura que integre, que exprese, solo hay caos o lo peor. Solo indiferencia de nosotros como profesionistas.
Creo que a veces como cuando añoramos volver a ser niños...Deberíamos añorar cuando comenzamos a estudiar nuestra carrera y teníamos sueños...sueños de aportar y ser el cambio.
D.R. © Arq. Héctor Fuente
Director General
FUENTE SUAREZ ARQUITECTOS S.A. DE C.V.